Panecillo de Viena sorpresa

Todas las familias tienen recetas que han ido pasando de generación en generación, de abuelas a madres y de madres a hijas, o en todas sus variantes masculinas y femeninas que os podáis imaginar. En mi caso, hay una receta singular, especialmente porque se trata de un plato poco habitual en muchas casas que sorprende por su fácil y ecléctica elaboración. De ahí el nombre que le hemos dado, Panecillo de Viena sorpresa, nombre que refleja la incredulidad con que algunos y algunas reciben esta vianda en la mesa. No es la única receta donde el pan se baña con leche, se reboza y se fríe, así que no deberíamos extrañarnos tanto por este hecho. Pensemos en las deliciosas torrijas. Probablemente lo que más sorprende de la receta es el procedimiento en el que se vacía el interior del panecillo de Viena, extrayendo parte de la miga, para añadir después una yema de huevo, mantequilla y otro ingrediente como queso, morcilla, jamón o chistorra por ejemplo. Sellado el panecillo de Viena con la misma tapa que hemos hecho para vaciar la miga interior, se baña con leche, se reboza con clara batida a punto de nieve y se fríe con aceite de oliva. No hace falta decir que el primer bocado es excelso: la yema cruda de huevo se rompe y se mezcla con la mantequilla ya fundida y el otro ingrediente que hayamos puesto. Un bocado tierno y sabroso gracias a la leche y al rebozado. Mejor ir poco a poco, pues lo más probable es que, cuando queráis ser conscientes de la delicadeza de los sabores del Panecillo de Viena sorpresa, ya sea demasiado tarde.
Ingredientes para 1 persona
1 panecillo de Viena mediano
PARA EL RELLENO:
PARA EL REBOZADO:
PARA FREÍR:
Preparación del panecillo de Viena sorpresa
- Abrir el panecillo de Viena por arriba (como si fuera una torta del Casar) y vaciar parte de la miga interior.
- Colocar dentro la yema del huevo, la mantequilla y el ingrediente opcional que queramos. Salar ligeramente y cerrar el panecillo con la tapa que hemos extraído.
- Montar la clara del huevo a punto de nieve.
- Remojar el panecillo entero con leche y rebozar con la clara montada a punto de nieve.
- Freír el panecillo de Viena relleno y rebozado en abundante aceite de oliva virgen extra de sabor suave.
- Reservar sobre papel de cocina.





