Espalda de cordero al horno a baja temperatura
Ya sea porque no tenemos tiempo, porque no sabemos mucho o, sencillamente, porque no nos interesa y priorizamos otras cosas en nuestra vida, la realidad hoy en día es que cada vez cocinamos menos. Y es una pena, porque cocinar probablemente fue el detonante que nos llevó a ser quienes somos actualmente, homo sapiens, y uno de los rasgos esenciales que nos diferencia del resto de especies animales. No priorizar uno de los pilares en los que se fundamenta la salud individual de cada persona debería hacernos reflexionar. Hemos delegado la cocina a empresas externas gracias a las cuales llenamos las neveras, asumiendo que velan por nuestros intereses procurando que mantengamos una buena alimentación. El elevado índice de sobrepeso y obesidad en nuestro país indica que algo no estamos haciendo bien.
La pérdida progresiva de los conocimientos culinarios también nos ha ido alejando de la cocina. A medida que hemos ido delegando a terceros el hecho de cocinar, nos hemos ido vaciando, gastronómicamente hablando, distanciándonos cada vez más de los alimentos y de las técnicas que permiten transformarlos en deliciosas comidas. La fragmentación y el aislamiento familiar y el distanciamiento físico y emocional entre generaciones también han perjudicado la transmisión de los saberes culinarios, rompiendo esa cadena que permitía transmitir los aprendizajes acumulativos de una generación a la siguiente.
Por si todo esto no fuera suficiente, entre unos y otros han acaparado nuestro tiempo. Unos para convertirnos en trabajadores subyugados y obligados a trabajar, esencialmente, para poder pagar la hipoteca o el alquiler. Otros para ofrecernos disimuladamente la posibilidad de gastar el poco dinero que nos queda en actividades de ocio evasivo que nos hagan olvidar nuestra realidad mundana. Tenemos — o nos dejan tener — poco tiempo, y el poco que nos queda lo destinamos la mayoría a evadirnos. Así, con apenas energías, nos queda poco margen para dedicarlo a hechos triviales como cocinar.
Por suerte, la herencia culinaria nos ha dejado elaboraciones que sacan todo el jugo de los productos con los que se preparan y no requieren un gran dominio de este arte doméstico. Algunos requieren tiempo, eso sí, pero el resultado bien lo merece. Con un buen trozo de carne, como una espalda de cordero, unas patatas, unos tomates, un poco de cebolla y ajo, hierbas aromáticas y un buen horno, todo cocinado a baja temperatura durante varias horas y poniendo cada cosa a su tiempo, podemos obtener un plato que sin duda hará las delicias de todos los comensales. Incluso de aquellos que habían perdido el interés por la cocina, despertando su curiosidad por recuperar los saberes olvidados y demostrando que el tiempo invertido en la cocina puede aportar placeres tan o más grandes que los que obtenemos a través del ocio en el que estamos inmersos cuando no trabajamos.
Ingredientes para 4 personas
1 espalda de cordero de unos 1,3 kg
4 patatas medianas cortadas en gajos
1 cebolla mediana cortada en juliana
2 tomates pera cortados por la mitad
1 cabeza de ajos
Hierbas aromáticas al gusto: romero, tomillo, ajedrea, orégano…
1 vaso de vino blanco (o vino rancio o una combinación de ambos)
Pimienta negra
Sal
Aceite de oliva virgen extra (y/o manteca de cerdo)
Preparación de la espalda de cordero al horno a baja temperatura
- Precalentar el horno a 140 ºC con calor arriba y abajo.
- Mientras se calienta el horno, untar la espalda de cordero ligeramente con aceite, salpimentar y espolvorear bien con las hierbas aromáticas, masajeando con la mano para que quede bien impregnada.
- En una bandeja para horno (mejor si es alta), verter un buen chorro de aceite de oliva (o manteca de cerdo o una combinación de ambas) y colocar la espalda de cordero con la piel hacia arriba. Hornear durante 1 hora y 30 minutos a 140 ºC.
- Mientras tanto, pelar la cebolla y cortarla en juliana gruesa. Lavar, pelar y cortar las patatas en gajos. Lavar y cortar los tomates por la mitad. Pelar la cabeza de ajos (o separar los dientes y aplastarlos ligeramente).
- Pasado el tiempo, sacar la bandeja del horno, dar la vuelta a la espalda y añadir la patata, la cebolla, el tomate y el ajo. Hornear 1 hora y 15 minutos más.
- Pasado el tiempo, sacar de nuevo la bandeja del horno, volver a dar la vuelta a la espalda, verter el vino por encima y hornear 1 hora y 15 minutos más.
- Pasadas las 4 horas, apagar el horno y dejar reposar la espalda de cordero en el horno unos minutos antes de servirla para que los jugos internos de la carne se repartan bien y quede más tierna y melosa.
Si te ha gustado la receta de la espalda de cordero al horno a baja temperatura
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