Los que me conocen saben que, hablando de restaurantes, tengo especial predilección por aquellos que ofrecen buena comida, buen servicio, buen entorno y, sobre todo, tienen alma y personalidad propia. Evito los restaurantes prefabricados, impecables en la puesta en escena, pero carentes de esencia. Algo que surge de forma natural cuando lo que mueve al equipo es la vocación y que, por el contrario, cuesta mucho más de alcanzar cuando ésta es inexistente. Me atraen especialmente los establecimientos familiares, humanos, fruto del esfuerzo personal y el carácter de quien los regenta y tira adelante cada día.
Leyenda:
Restaurantes de 0€ a 29€
Restaurantes de 30€ a 59€
Restaurantes de 60€ o más