Bizcocho de Vic
Uno de los pasteles más habituales entre los niños y niñas, en el que yo también fui introducido de pequeño, es el popular pastel de yogur. Aquel donde la medida de todo es el recipiente del yogur y que, gracias al aceite y al propio yogur, se consigue una textura húmeda muy agradable, y gracias al azúcar, al exceso de azúcar para ser más precisos, un sabor dulce que convence enseguida el paladar de los niños. Probablemente la facilidad de la elaboración – o vete a saber si la astucia de algún fabricante de yogures comerciales – puso de moda este pastel en muchos hogares de nuestro país.
Tengo la impresión de que, con el tiempo, el pastel de yogur ha ido arrinconando otras tartas tradicionales en nuestras casas, como el bizcocho, o su variante originaria de Vic, el bizcocho de Vic. Elaboraciones estas últimas, debe decirse a su favor, con un contenido mucho menor de grasas y azúcares. La principal diferencia entre el bizcocho y el pastel de yogur, más allá de la de los ingredientes que intervienen y que influyen en su textura y sabor, y lo que ayuda a entender quizás porque el primero ha caído en desgracia respecto al segundo, es su elaboración. El bizcocho requiere blanquear los huevos con el azúcar y montar las claras a punto de nieve y, en cambio, para hacer el pastel de yogur sólo es necesario mezclar todos los ingredientes.
Una elaboración relativamente tan sencilla como la que se requiere para hacer un bizcocho no debería ser motivo suficiente para desplazar esta receta tradicional de nuestros hogares, en detrimento de elaboraciones como el mencionado pastel de yogur, los cupcakes, los brownies o similares. Elaboraciones que, repito, destacan por su elevado contenido en grasas y azúcares. El bizcocho, elaborado sólo con huevos, harina, azúcar y levadura, es una delicia por sí solo, ya sea para desayunar, merendar o como pastel base de cualquier celebración.
El originario de Vic, en concreto, se diferencia del resto de bizcochos por elaborarse con almidón de maíz y sólo un poco de harina. Esto le confiere algo más de esponjosidad y ligereza, así como un sabor más suave. Características que, puestas en valor y en contraposición de la esponjosidad grasa y el sabor excesivamente dulce del pastel de yogur, deberían ayudarnos a recuperar este tipo de elaboraciones y volver a ponerlas de moda, tanto entre los más pequeños como entre las personas adultas.
Ingredientes para un bizcocho de Vic de 20 cm
4 huevos 100 g de azúcar 75 g de almidón de maíz 25 g de harina floja 1 pizca de sal 10 g de levadura química Opcional: 1 cáscara de un limón pequeño rallada (o naranja) Para decorar: azúcar lustre
Preparación del bizcocho de Vic
- Precalentar el horno a 160 ºC con calor arriba y abajo y sin ventilación.
- Separar las yemas de huevo de las claras.
- Blanquear las yemas con la mitad del azúcar en un bol, es decir, batir las yemas de huevo con el azúcar hasta conseguir una masa fina, blanquecina y esponjosa (debe haber doblado o triplicado el volumen inicial).
- Montar las claras a punto de nieve con la otra mitad del azúcar y una pizca de sal.
- Añadir las claras a punto de nieve a las yemas blanqueadas y mezclar poco a poco con una espátula de abajo hacia arriba, procurando mantener la esponjosidad de las claras a punto de nieve.
- Incorporar el almidón de maíz, la harina y la levadura tamizadas en tres o cuatro tandas. Aunque la receta original no lleva, la levadura química ayudará a subir la masa. Incorporar todo con la espátula, con cuidado para no perder la esponjosidad.
- Si se desea poner ralladura de limón o naranja, añadirla en este momento y mezclar suavemente.
- Coger un molde para el horno de silicona o desmontable de 20 cm de diámetro y bastante alto (pensad que el pastel crece mucho en el horno) y untar con mantequilla y harina (o forrar con papel de horno) para evitar que se pegue el bizcocho de Vic, poner la masa que se ha preparado y hornear a 160ºC durante unos 25-30 minutos. Para comprobar si el bizcocho de Vic está cocido, pinchar con un palillo. Si éste sale limpio, significa que ya está hecho.
- Apagar el horno y dejar la puerta entreabierta para que se empiece a enfriar poco a poco. Es muy importante no sacar de repente el bizcocho de Vic del horno cuando esté caliente porque entonces bajaría de golpe.
- Una vez el bizcocho de Vic esté frío, desmoldarlo y decorar con azúcar lustre por encima.
Si te ha gustado la receta del bizcocho de Vic
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