Bizcocho casero
El bizcocho casero me recuerda los veranos calurosos que pasaba de pequeño en un pueblo perdido en el extremo norte oriental de la Noguera, un lugar donde entonces la carretera asfaltada ponía su punto y final y sólo llegaba aquella gente que, por casualidades o causalidades de la vida, algo tenía que hacer allí. El progreso, como todo, también llegó, y a finales del siglo XX se prolongó la carretera asfaltada hasta enlazarla con el Pallars Jussà, una alternativa para la exigua población de la zona para llegar a Tremp sin tener que pasar por cuello de Comiols, ventaja que tampoco ha significado un aumento considerable del tráfico de viajeros por la zona, para el beneficio de aquellos que apreciaban la tranquilidad que daba el hecho de no estar situados en un lugar de paso. Asimismo, el cambio de la dinámica rural y la disminución progresiva de la población del entorno más cercano también propiciaron el cierre, uno a uno, los 3 hornos que habían llegado a existir en aquel pueblo, comportando así la desaparición de uno de mis meriendas favoritas: el bizcocho con chocolate a la piedra. Como es indescriptible la esponjosidad, el aroma y el sabor de aquel bizcocho, me abstendré de intentar reproducirlo con palabras. Quizá será mejor reproducirlo a través del paladar y evocar todos aquellos recuerdos con un bizcocho casero que se le parezca, el que tenéis en esta receta, fruto de muchas pruebas para encontrar aquella textura y sabor que más se le acercan. Nunca será el mismo, porque nunca más seremos niños o niñas ni la carretera pondrá punto y final en aquel lugar, pero siempre podremos dejar volar la imaginación mientras nos deleitamos con un pedazo de bizcocho casero acompañado de una buena toma de chocolate a la piedra.
Ingredientes para un bizcocho casero de 20 cm
4 huevos
125 g de azúcar
125 g de harina floja
16 g de levadura en polvo
1 pizca de sal
Opcional: la piel de un limón pequeño rallada (o naranja)
Para decorar: azúcar glas
Preparación del bizcocho casero
- Precalentar el horno a 160ºC con calor arriba y abajo y sin ventilación.
- Separar las yemas de huevo de las claras.
- Blanquear las yemas con el azúcar en un bol, es decir, batir las yemas de huevo con el azúcar hasta conseguir una masa fina, blanquecina y esponjosa (debe haber doblado o triplicado el volumen inicial).
- Montar las claras a punto de nieve con una pizca de sal.
- Añadir las claras a punto de nieve a las yemas blanqueadas y mezclar poco a poco con una espátula de abajo hacia arriba, procurando mantener la esponjosidad de las claras a punto de nieve.
- Incorporar la harina y la levadura tamizadas en tres o cuatro tandas. Incorporarla con la espátula con cuidado para no perder la esponjosidad.
- Si queréis poner ralladura de limón o naranja, añadirla en este momento y mezclar suavemente.
- Untar un molde para horno de 20 cm de diámetro con mantequilla y harina (o forrar con papel de horno) para evitar que se pegue el bizcocho, poner la masa que hemos preparado y hornear a 160ºC durante unos 25-30 minutos. Para comprobar si el bizcocho está hecho, pincharlo con un palillo. Si este sale limpio, ya está hecho.
- Apagar el horno y dejar la puerta entre-abierta para que se empiece a enfriar poco a poco. Es muy importante no sacar de golpe el bizcocho casero del horno cuando está caliente porque entonces bajaría de golpe.
- Una vez el bizcocho casero esté frío, desmoldar y decorar con azúcar glas por encima.
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