Pizza margarita
Es evidente que la pizza margarita es la más popular de todas las pizzas napolitanas y la que no suele faltar en la carta de ninguna pizzería. Esto no quiere decir que sea la primigenia también, título que ostenta la pizza marinara. Un nombre, este último, que hace pensar en el mar. No nos equivocamos al hacerlo, pero su relación con el mar no es debido a los ingredientes que contiene sino a que era consumida sobre todo por marineros, en tierra firme y en las embarcaciones. La pizza marinara, la cual parece que se originó hacia el 1734, consiste en una base de harina, agua, levadura y sal cocida al horno a la que se le añade encima salsa de tomate, aceite de oliva, ajo y orégano. El hecho de que fuera fácil de preparar y con ingredientes que se conservaban bien hizo que terminara siendo una comida habitual en las embarcaciones y de ahí su nombre.
La principal innovación de la pizza margarita respecto la marinara fue la adición de queso, concretamente, de mozzarella. Fueron precisos unos años para que esto ocurriera, concretamente parece que apareció entre 1796 y 1810 y no en 1889, tal y como queda recogido en el documento de la Comisión Europea que regula la especialidad tradicional garantizada de la pizza napolitana. La pizza margarita, la elaboración hecha a partir de una base de salsa de tomate, mozzarella y albahaca, ya existía, pues, cuando la reina de Italia, Margarita de Saboya, visitó Nápoles en junio de 1889. El hecho de que Raffaele Esposito de la pizzería Brandi ofreciera a la reina esta pizza como homenaje a la bandera italiana, por la coincidencia de los tres colores, terminó de popularizar esta preparación que ya existía. Tanto que a menudo se confunde el origen de esta pizza con la visita de la reina Margarita.
Ingredientes para una pizza individual
200-225 g de masa de pizza
80 g de salsa de tomate con albahaca
100 g de mozzarella de bufala
Unas hojas de albahaca
Preparación de la pizza margarita
- Cortar la mozzarella de búfala en tiras o dados y dejarlas escurrir unas horas en la nevera (se puede hacer de un día para otro). De esta manera perderá parte de su agua y no la soltará cuando cozamos la pizza.
- Precalentar el horno a máxima potencia con calor arriba y abajo durante 30 minutos. Si tenéis una piedra de horno para cocer pan o pizza, colocarla en la base y, en este caso, como la piedra necesita más tiempo para calentarse, precalentar el horno durante 45 minutos.
- Estirar la masa de pizza con las manos: presionar el centro con los dedos procurando llevar el aire del centro hacia los bordes (de esta manera quedarán bordes con aire, crujientes y sabrosos), ir volteándola y estirándola, a medida que la vamos haciendo más grande. Poner la masa estirada sobre papel de horno (no es necesario si se utiliza una piedra de horno).
- Espolvorear por encima la salsa de tomate con albahaca.
- Colocar la pizza sobre la base del horno y hornear durante 5-6 minutos.
- Sacar la pizza del horno, retirar el papel de horno y repartir por encima la mozzarella de búfala y las hojas de albahaca (también se pueden poner al final si queremos darle un toque más fresco). Si queremos que los bordes queden más dorados, pintarlos con aceite de oliva con un pincel.
- Colocar la pizza a media altura del horno y hornear 5-7 minutos más, hasta que veamos que la pizza esté suficientemente hecha: el queso debe haberse fundido y los bordes deben verse ligeramente dorados.
- Apagar el horno, dejar reposar la pizza margarita un minuto y servir.
Si te ha gustado la receta de la pizza margarita
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