Crema de avellanas y algarroba
La algarroba es un alimento que había quedado prácticamente y desafortunadamente desterrado de nuestros recetarios populares. Aunque tampoco se puede afirmar, como mínimo releyendo los manuales culinarios catalanes antiguos, que nunca hubiera sido un ingrediente destacado. De hecho, brilla por su ausencia. También es verdad, todo hay que decirlo, que los libros de recetas antiguos que han sobrevivido siempre han sido un reflejo de las preferencias culinarias de las clases acomodadas, ya fuera la nobleza en la Edad Media o la burguesía más adelante. La algarroba, pese a ser cultivada ya desde la época de los romanos, era considerada un alimento de las clases pobres y los animales. Se entiende (o no), que nobleza y burguesía quisieran marcar diferencias y optar por otros ingredientes. Si realmente fue así, no sabían lo que se perdían.
El fruto del algarrobo, la algarroba, contiene en su interior varias semillas recubiertas por una pulpa dulzona muy característica. Estas vainas, debidamente secadas, tostadas y trituradas, permiten hacer una especie de harina o polvo con muchas posibilidades culinarias. Por su color y sabor, se suele emplear como sustituto del cacao en algunas preparaciones, como por ejemplo la crema de avellanas y algarroba que tenéis a continuación, en la elaboración de pasteles, helados, crepes, e incluso la industria agroalimentaria la usa como espesante, estabilizante, emulsionante y gelificante. Los beneficios nutricionales de la algarroba no son nada despreciables, de ahí que últimamente se haya empezado a hablar más de ella, se haya recuperado su consumo, aunque de forma muy incipiente, y se haya comenzado a ponerla en el lugar que se merece y al que nunca debería haber quedado relegada. A diferencia del cacao, destacan sobre todo el bajo nivel de grasa que contiene la algarroba y la ausencia de ácido oxálico, ácido que dificulta la absorción de ciertos minerales en el intestino.
Ingredientes para 1 tarro de 250 ml
100 g de avellanas tostadas
40 g de algarroba en polvo
30 g de leche desnatada en polvo
30 g de aceite de oliva virgen extra (o aceite de coco)
15 g de azúcar glas (o 2 dátiles medjul)
Opcional: 1 c.c. de canela o ½ vaina de vainilla
Preparación de la crema de avellanas y algarroba
- Triturar las avellanas tostadas con la picadora hasta obtener una pasta. A medida que vamos triturando las avellanas ya veréis como éstas sueltan su grasa y se va formando una pasta untuosa.
- Añadir el resto de ingredientes y, opcionalmente si queremos aromatizar la crema de avellanas y algarroba casera, un poco de canela o la raspadura interior de media vaina de vainilla. Volver a triturar hasta obtener una pasta homogénea.
- Guardar la crema de avellanas y algarroba casera en un frasco de vidrio. Se conserva bien en la nevera entre una y dos semanas.
Si te ha gustado la receta de la crema de avellanas y algarroba
tal vez te gustará también la receta de la crema de cacahuete. ¡Anímate a probarla! 😉
Gabi
2 mayo, 2021 @ 09:31
Qué buena pinta. La algarroba en polvo es lo mismo que la harina de algarroba? Gracias!
Pau
4 mayo, 2021 @ 22:24
Muchas gracia por el comentario Gabi!! Sí, es lo mismo. A mí me encanta. El resultado final se parece mucho al chocolate. 😉