Tortilla de calçots
Los calçots (especie de cebolleta típica de Catalunya) gustan o no gustan. Dejando de lado los efectos secundarios de las calçotadas, ya sea por las características intrínsecas e indisociables de este vegetal o por la cantidad desmesurada que se llega a comer, su sabor dulce y la parafernalia que lo rodea han convertido el calçot en uno de los productos más reputados y deseados de la época invernal catalana. Su sabor se convierte excelso cuando se consume en compañía, cocinado encima de las llamas de troncos de encina y acompañado de un buen vino tinto. Una auténtica fiesta nacional, la «Calçotada», celebrada cada invierno por cada vez más catalanes y catalanas. Fruto de estos encuentros alegres y un tanto lujuriosos, pueden pasar 2 cosas: que las ganas con las que se esperaba la fiesta hayan producido un exceso de euforia y los comensales no hayan dejado ninguna calçot por pelar, o bien que los comensales hayan sido más cautos pensando ya en la carne a la brasa y haya sobrado algún calçot. Si este es el caso, tenéis la excusa perfecta para cuando no os vea nadie, volverlos a envolver con papel de periódico y llevarlos a casa, donde podréis coméroslos sin más, con un poco de salsa de calçots o romesco, o bien utilizarlos para hacer una tortilla de calçots, combinación exquisita tanto o mejor que la tortilla de ajetes. Si no habéis tenido esa suerte y no habéis podido llevaros calçots sobrantes de la calçotada, siempre tenéis la opción de cocinarlos al horno en casa. Quedan también buenos, aunque, como podréis entender y suponer, no adquieren el mismo sabor que cuando se cocinan encima de las llamas.
Ingredientes para 1 persona
PARA LA TORTILLA DE CALÇOTS:
2 huevos ecológicos
5 calçots (si podéis aprovechar calçots que hayan sobrado de una calçotada, mucho mejor)
Sal
Aceite de oliva virgen extra
PARA ACOMPAÑAR:
2 rebanadas de pan tostado
1 tomate de sucar
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Preparación de la tortilla de calçots
- Lo ideal para la tortilla de calçots es aprovechar calçots que hayan sobrado de una calçotada. Pero si no es el caso y no tenéis, siempre podéis cocinarlos al horno, aunque no es exactamente lo mismo. El sabor que cogen los calçots cuando se cocinan encima de la llama de troncos de encina es inigualable e insuperable por muy buen horno que tengamos.
- Para hacer los calçots al horno, primero hay que limpiarlos y dejar sólo la parte que aprovecharemos después. Para ello, cortar las raíces de los calçots y la parte de arriba de color verde y quitarles la arena bajo un chorro de agua. Nos deben quedar los calçots bien limpios, casi listos para ser pelados y comidos.
- Precalentar el horno a 250 ºC.
- Poner los calçots uno al lado del otro sobre la parrilla del horno. Colocar debajo una bandeja para recoger los jugos que vayan soltando durante la cocción y hornear a 250 ºC durante 15 minutos con calor arriba y abajo.
- Pasado este tiempo, sacar la parrilla del horno, dar la vuelta a los calçots y hornearlos 15 minutos más.
- Apagar el horno y poner los calçots encima de un par de hojas de periódico. Envolver bien los calçots y dejarlos reposar 5-10 minutos para que se terminen de hacer por dentro.
- Una vez que tenemos los calçots hechos, ya estamos listos para hacer la tortilla de calçots.
- Batir los huevos ecológicos en un bol.
- Cortar los calçots en trocitos, mezclar con los huevos batidos y salar ligeramente.
- Calentar una sartén grande con un poco de aceite de oliva y, cuando esté bien caliente, incorporar la mezcla de huevos y calçots.
- Doblar la tortilla en 3, darle la vuelta con un tapa para girar tortillas y terminarla de cocer según el gusto de cada uno, en función de si os gusta el huevo más o menos cuajado.
- Para servir la tortilla de calçots, podéis hacerlo acompañada de pan tostado con tomate, aceite y sal.
Si te ha gustado la receta de la tortilla de calçots
tal vez te gustará también la receta de la tortilla de ajetes. ¡Anímate a probarla! 😉