Hummus casero
Hasta hace relativamente poco, si hubiéramos preguntado qué era el hummus a cualquier persona de nuestro entorno lo más probable es que nos hubiera mirado con cara de circunstancias. Los más aplicados, inmersos en un ataque de homonimia exacerbado, habrían confundido el hummus con el humus y nos habrían dicho que se trataba de restos orgánicos descompuestas por ciertos organismos. No hubieran errado si les hubiésemos preguntado por la segunda, pero no era el caso.
Hoy, desconozco si han mejorado los conocimientos de naturaleza de la sociedad y si cada vez hay más personas que conocen el significado de humus. Lo que tengo claro, sin embargo, es que ante la pregunta ¿Qué es el hummus? la mayoría me diría, a diferencia de hace poco años, que se trata de un puré de garbanzos. Y no me equivocaría mucho si afirmara que incluso sabrían indicar la procedencia. Por lo menos, la ubicarían en algún lugar de Oriente Medio.
Es innegable que vivimos en un mundo global. La cocina ha cruzado fronteras y platos como el hummus tan populares en el Líbano, Siria o Palestina han acabado convirtiéndose en un producto más de los lineales de los supermercados occidentales. Incluso, se ha popularizado la elaboración del hummus casero. Sin ser un gran experto en los fogones, con un poco de criterio y medida, es muy fácil conseguir un resultado satisfactorio.
Por un motivo u otro, este puré de garbanzos mezclado con tahini, una especie de crema elaborada con semillas de sésamo molidas y sal, aceite de oliva y condimentado con ajo y especias según el gusto de cada uno, ha causado furor y se ha popularizado rápidamente. Y ya está bien que así sea, pues es una manera de incorporar las legumbres a la dieta y comer de forma más sana y saludable.
Ingredientes para 4 personas
400 g de garbanzos cocidos
3 c.s. de tahini (pasta de sésamo)
El zumo de un limón
2 c.s. de aceite de oliva virgen extra
Un chorro de agua (al gusto, en función de cómo nos guste la textura)
Opcional: 1 o 2 dientes de ajo (al gusto)
Opcional: comino, cilantro
Sal
Preparación del hummus casero
- Para que el hummus casero quede más fino, lo ideal es retirar la piel que cubre los garbanzos. No es imprescindible, pero siempre queda mejor. Una buena manera de retirar esta piel es, tanto si los habéis comprado cocidos como si los habéis cocido en casa, sumergirlos en agua hirviendo 2 minutos e inmediatamente después sumergirlos en agua fría. El choque térmico hará que la piel exterior se despegue, flote y así se pueda retirar muy fácilmente.
- Poner los garbanzos con el resto de ingredientes menos el agua en el vaso de la batidora eléctrica y triturar hasta obtener un puré homogéneo.
- Si vemos que nos queda el hummus casero demasiado denso, añadir un chorrito pequeño de agua y volver a triturar. Ir añadiendo muy despacio agua hasta obtener la textura deseada.
- Probar y rectificar el punto de sal y especias y añadir más si fuera necesario.
- El hummus casero se puede servir tibio o frío, acompañado si se quiere de un poco de pimentón por encima y un chorrito de aceite de oliva.
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