Arepas – Masa
Hablar de las arepas da respeto. Asociadas, sobre todo, con la cultura gastronómica de Colombia y Venezuela, este tipo de panes no fermentados hechos a base de agua y maíz seco y molido o harina de maíz precocida forman parte de su tradición alimentaria desde la época precolombina. El maíz era y sigue siendo el pilar fundamental sobre el que se construyó la dieta alimentaria de aquellos países. Procedente de Mesoamérica, su domesticación hace unos 12.000 años permitió el crecimiento de grandes culturas como la maya, la olmeca o el azteca, culturas que contribuyeron a la expansión del cultivo de este cereal en todo el continente.
No es de extrañar, pues, al igual que hicimos nosotros más o menos en la misma época con el trigo, la cebada y la espelta en Oriente Medio, que alguien intentara moler los granos de aquel cereal, lo mezclara con agua y lo cociera para comérselo. La arepa representa para los colombianos y venezolanos lo que para nosotros representa el pan: el alimento que ha sostenido y ha hecho posible nuestra civilización.
La versatilidad de las arepas es extraordinaria. De sabor suave y ligeramente dulce y de color más blanquecino o amarillento en función del tipo de maíz, una vez cocidas se pueden abrir fácilmente por la mitad y rellenar de lo que más nos guste. O bien se pueden dejar sin abrir y poner encima lo que queramos o, sencillamente, utilizarlas para acompañar otros platos, tal como hacemos con el pan. En Venezuela, por ejemplo, los rellenos más populares son la reina pepiada, a base de pollo, aguacate, cebolla, tomate, mayonesa; la pelúa, a base de carne mechada y queso; el pabellón, con carne de ternera desmenuzada, frijoles, plátano y queso; y el dominó, con queso blanco y frijoles negros. En Colombia acompañan las arepas de carne desmenuzada, queso, huevo frito,…
Las arepas lo admiten prácticamente todo, tal como hacemos con el pan. Dos de los tres alimentos primordiales para la historia de la humanidad, junto con el arroz. Las arepas, omnipresentes en la vida de tantas personas para desayunar, comer y cenar, realmente, hacen honor al significado de la palabra castellana maíz, procedente de la voz taína mahis, que significa, literalmente, “lo que sostiene la vida”.
Ingredientes para 8 arepas (4 personas)
300 g harina de maíz pre-cocida blanca
525 ml de agua mineral natural tibia
1 pizca de sal
Preparación de la masa de las arepas
- Poner el agua tibia en un bol grande.
- Añadir la sal y disolverla bien.
- Incorporar poco a poco la harina de maíz precocida mientras lo vamos mezclando con la mano. Vigilar que no se hagan grumos. Ir añadiendo harina de maíz y amasar hasta obtener una masa blanda pero que ya no se pegue a los dedos. Asegurarse de que no queden grumos. Si vemos que la masa no está suficientemente húmeda, añadir más agua o, si vemos que se pega a los dedos, añadir un poco más de harina.
- Dejar reposar la masa 10 minutos tapada con un paño.
- Pasado el tiempo de reposo, hacer bolas de unos 100 gramos (o más grandes o pequeñas según nos guste) y aplanarlas con las manos hasta obtener discos de unos 10 cm de diámetro aproximadamente.
- Para cocer las arepas, poner a calentar una plancha (mejor si es de hierro fundido) al fuego con un poco de aceite o mantequilla. Cuando esté caliente, bajar el fuego a la mitad y cocinar las arepas 8-10 minutos por cada lado. La superficie debe quedar crujiente. Para saber si están cocidas, basta con darles un toque con el dedo y comprobar que hagan ruido a vacío.
- A medida que vayamos retirando las arepas, las podemos guardar envueltas con un paño para mantener el calor o dentro del horno encendido a temperatura baja para mantenerlas calientes.
- Servir las arepas calientes y rellenarlas al gusto.
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