Pizza 4 quesos

Cierto. Puede que no sea el plato más saludable de todos. Su elevado contenido en hidratos de carbono y alguna que otra grasa hace que tengamos que autorregular su consumo, algo difícil como mejor sea la pizza, tanto si la comemos fuera en un restaurante como si nos hemos decidido a preparar una pizza casera. Siempre digo que el problema no es la comida, sino la falta de ejercicio, así que, si hacemos deporte regularmente, no debemos sentirnos culpables ni preocuparnos si de vez en cuando dejamos caer una pizza en una de nuestras comidas semanales, preferentemente viernes o sábado noche, momentos especialmente y curiosamente indicados y apetecibles para una comida como ésta. Las mezclas de ingredientes que se pueden hacer son prácticamente infinitas y permiten adaptar la pizza a nuestro gusto. Una de las que me gusta más es, con el perdón de aquellos a quienes no les gusta el queso, lo que todavía mi intelecto no ha llegado a comprender por más que me he esforzado, es la pizza 4 quesos. Evidentemente lleva 4 variedades de quesos diferentes, pero tanto podéis poner 3 como 5. Menos sería algo ridículo y la pizza no haría honor a su nombre y más sería un exceso desmesurado y una mezcla demasiado densa y confusa de este ingrediente lácteo tan apreciado para algunos, entre los que me incluyo. Los principales quesos que escogería para hacer la mezcla son la mozzarella, el emmental y el gruyère, 3 quesos que se funden bien y crean una mezcla armoniosa. Adicionalmente podéis añadir un cuarto queso en función de vuestro gusto particular: raclette, brie o camembert si deseáis algo suave o un queso azul como el roquefort o gorgonzola si deseáis un sabor más intenso. A partir de aquí, lo mejor es experimentar e ir variando la fórmula para no aburrirse nunca de una de las pizzas más conocidas en el mundo: la pizza 4 quesos.
Ingredientes para una pizza 4 qusos individual
225 g de masa de pizza
80 g de salsa de tomate con albahaca
25 g de mozzarella de búfala cortada en rodajas
25 g de queso emmental rallado
25 g de queso gruyère rallado
25 g de un cuarto queso. Si lo queréis suave puede ser raclette, brie o camembert. Si lo queréis más fuerte puede ser un queso azul como roquefort o gorgonzola.
Orégano
Opcional: 6 nueces
Notas:
Se puede variar la cantidad de masa de pizza en función de cómo nos guste de gruesa:
200 – 250 g: masa fina
250 – 300 g: masa normal
300 – 350 g: masa gruesa
Preparación de la pizza 4 quesos
- Precalentar el horno a máxima potencia con calor arriba y abajo. Si tenéis una piedra de horno para cocer pan o pizza, colocarla en la base.
- Estirar la masa de pizza con las manos: presionar el centro con los dedos procurando llevar el aire del centro hacia los bordes (de esta manera quedarán bordes con aire, crujientes y sabrosos), ir volteando y estirando la masa, a medida que la vamos haciendo más grande. Poner la masa estirada sobre papel de horno o de una bandeja de pizza.
- Esparcir por encima la salsa de tomate con albahaca y añadir un poco de orégano.
- Colocar la pizza sobre la base del horno y hornear durante 6 minutos.
- Sacar la pizza del horno, retirar el papel de horno y repartir por encima la mezcla de quesos y, opcionalmente, las nueces rotas en pedazos grandes. Si queremos que los bordes queden más dorados, pintarlos con aceite de oliva con un pincel.
- Colocar la pizza a media altura del horno y hornear 5-7 minutos más, hasta que veamos que está suficientemente hecha.
- Apagar el horno, dejar reposar la pizza 4 quesos un minuto y servir.
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