Pizza de sobrasada y mahón
La sobrasada y el queso mahón parecen haber nacido para encontrarse y reencontrarse una y otra vez en el mismo plato. Solos, cada uno por su lado, o juntos bien amalgamados, son unos de los productos insignes y excelsos de la gastronomía balear. Una buena tostada con sobrasada y queso mahón recién fundido, aún caliente y elástico, puede ser un buen desayuno, almuerzo, merienda o cena a la que difícilmente podríamos renunciar. También se nos haría la boca agua sólo pensar en encontrarlos juntos en forma de croquetas o para formar un triunvirato con el todopoderoso y versátil arroz. Las posibilidades de la sobrasada y el queso mahón son ilimitadas, tal y como las cocineras y cocineros baleares nos han logrado demostrar.
Italia no dista mucho de las Islas Baleares. Es curioso como aquí hace ya mucho tiempo se han consolidado productos como la mozzarella, el parmesano, el pecorino, el grana padano e, incluso recientemente, el guanciale o la bresaola, y en cambio en tierras itálicas no se ha producido el efecto inverso con nuestros mejores productos. Motivos no faltarían y seguro que si un italiano probara la sobrasada o el queso mahón quedaría enamorado. Pero los italianos si algo han sabido hacer es expandir su gastronomía y productos por todo el mundo, con el cariño y amor propio que los caracteriza. Lo que desgraciadamente nosotros no hemos sabido hacer. Y así estamos.
Sea como fuere, los italianos expatriados que viven en nuestra tierra han sabido ver la grandeza y potencialidad de estos dos productos, la sobrasada y el queso mahón, y los han puesto en el sitio que se merecen. Es decir, encima de una pizza. Quizá el mayor honor al que un ingrediente podría aspirar tratándose de un plato canónico de la gastronomía italiana.
Ingredientes para 4 personas
200-225 g de masa de pizza
80 g de salsa de tomate con albahaca
80 g de mozzarella de búfala
40 g de queso mahón
50 g de sobrasada
Preparación de la pizza de sobrasada y mahón
- Cortar la mozzarella de búfala en tiras o dados y dejarlas escurrir unas horas en el frigorífico (se puede hacer de un día para otro). De este modo perderá parte de su agua y no la soltará cuando cozamos la pizza.
- Precalentar el horno a máxima potencia con calor arriba y abajo durante 30 minutos. Si tenéis una piedra de horno para hornear pan o pizza, colocarla en la base y, en este caso, como la piedra necesita más tiempo para calentarse, precalentar el horno durante 45 minutos.
- Estirar la masa de pizza con las manos: presionar el centro con los dedos procurando llevar el aire del centro hacia los bordes (de este modo quedarán bordes con aire, crujientes y sabrosos), ir volteándola y estirándola, a medida que la vamos haciendo más grande. Poner la masa estirada encima de papel de horno (no es necesario si se utiliza una piedra de horno).
- Esparcir la salsa de tomate con albahaca.
- Colocar la pizza encima de la base del horno y hornear durante 5-6 minutos.
- Quitar la pizza del horno, retirar el papel de horno y repartir por encima la mozzarella de búfala y el queso mahón. Si queremos que los bordes queden más dorados, pintarlos con aceite de oliva con un pincel.
- Colocar la pizza a media altura del horno y hornear 5-7 minutos más, hasta que veamos que la pizza esté suficientemente hecha: el queso se debe haber fundido y los bordes deben verse ligeramente dorados.
- Una vez cocida, retirarla del horno y esparcir por encima trozos de sobrasada.
- Dejar reposar la pizza de sobrasada y mahón un minuto y servir.
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