Pizza de jamón ibérico, rúcula y huevo
Si algo tiene la pizza es su facilidad para combinar con cualquier cosa. Las hay saladas, con o sin tomate, con o sin queso, con marisco, fruta, verduras, embutidos, carne e, incluso, también las hay dulces como el campeón mundial de pizzas, Fabián Martín, y otros tantos artistas de la pizza se han encargado de demostrarnos. Ante una masa de pizza bien estirada, untada ligeramente con salsa de tomate para evitar humedecerla en exceso y conseguir que nos quede bien crujiente, sólo es necesario disponer un lecho de queso encima y dejar volar la imaginación para que acaben confluyendo aquellos ingredientes que quizás nunca, por sí solos, hubiésemos terminado reuniendo en un mismo plato. Y así es como se llega a la pizza de jamón ibérico, rúcula y huevo, una combinación que, en una pizza, resulta espectacular. El secreto es poner el huevo casi al final de la cocción, para que la yema quede cruda, y añadir tanto el jamón ibérico como la rúcula una vez sacada la pizza del horno. De esta manera conseguiremos que el calor de la propia pizza derrita la grasa del jamón en su punto justo, algo que agradecerá vuestro paladar. El toque refrescante lo daremos con la rúcula fresca, planta amarga buenísima que contrasta sobremanera con el salado del jamón, dos sabores que quedarán amalgamados por la dulzura y jugosidad de la yema de huevo acabada de romper. Una explosión de sabores sublime y elegante que, a priori, habría costado de imaginar encima de una pizza.
Ingredientes para una pizza de jamón ibérico, rúcula y huevo individual
225 g de masa de pizza
80 g de salsa de tomate con albahaca
100 g de mozzarella cortada a daditos
30 g de jamón ibérico cortado fino
1 huevo
Rúcula
Notas:
Se puede variar la cantidad de masa de pizza en función de como nos guste de gruesa:
200 – 250 g: masa fina
250 – 300 g: masa normal
300 – 350 g: masa gruesa
Preparación de la pizza de jamón ibérico, rúcula y huevo
- Precalentar el horno a máxima potencia con calor arriba y abajo. Si tenéis una piedra de horno para cocer pan o pizza, colocarla en la base.
- Estirar la masa de pizza con las manos: presionar el centro con los dedos procurando llevar el aire del centro hacia los bordes (de esta manera quedarán bordes con aire, crujientes y sabrosos), ir volteándola y estirándola, a medida que la vamos haciendo más grande. Poner la masa estirada sobre papel de horno o de una bandeja de pizza.
- Esparcir por encima la salsa de tomate con albahaca.
- Colocar la pizza sobre la base del horno y hornear durante 6 minutos.
- Quitar la pizza del horno, retirar el papel de horno, repartir por encima el queso y encima, el huevo. Si queremos que los bordes queden más dorados, pintarlos con aceite de oliva con un pincel.
- Colocar la pizza a media altura del horno y hornear 5-7 minutos más, hasta que veamos que está suficientemente hecha.
- Apagar el horno, retirar la pizza y, ya fuera, añadir encima el jamón ibérico y la rúcula.
- Dejar reposar un par de minutos la pizza de jamón ibérico, rúcula y huevo y servir.
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